El titular de la noticia puede llevar a engaño. Con esto lo que queremos decir es que puede pensarse que el gobierno del Partido Popular ha decidido ser amable de una vez por todas y ha pensado en los trabajadores y en su poder adquisitivo. Sin embargo, esto no es así del todo. Y es que, como vamos a poder ver a continuación, este cambio en la tendencia económica, tiene una causa muy clara que no es otra que quedar bien frente a nuestros socios europeos y aumentar el consumo en un país en el que estaba decayendo.
A pesar de que España ha pregonado a los cuatros vientos y por activa y por pasiva que la recuperación económica es un éxito, hay todavía cosas que no terminan de sonar bien en Europa. Es cierto que en los últimos meses el paro se está reduciendo. De eso no hay duda ya que los datos están ahí. Sin embargo, el trabajo que se crea es casi siempre precario y con unos salarios muy bajos. Del mismo modo, se dice que el crecimiento del país es el mayor de toda Europa pero lo que no se dice es que partíamos de una situación pésima en todos los sentidos.
A causa de estos detalles, los altos cargos europeos han dado un toque de atención a España para que no lance las campanas al vuelo de la manera en que lo está haciendo. Un país que quiere presumir de ser la cuarta potencia europea y de ser la economía que más crece no se puede permitir el lujo de poder competir únicamente con una mano de obra barata. Y es que a día de hoy en ese sentido España está al nivel de Grecia, Portugal o los países del este del viejo continente. Unas comparaciones muy malas que el Partido Popular no se puede permitir.
En consecuencia, y para sorpresa de muchos, todo sea dicho, en el día de ayer Fátima Báñez, no tuvo ninguna clase de reparo en exigir a las empresas españolas que hicieran todo lo posible por aumentar los salarios de los trabajadores. Incluso argumentó que hay que ser consciente de que los beneficios están subiendo y que por ello hay que aumentar también el poder adquisitivo de los ciudadanos. No en vano este aumento redundaría en el propio bien de las empresas y por lo tanto en el propio bien del gobierno ya que seríamos un país mucho más consumista.